viernes, 29 de marzo de 2013

Momento inadvertido

Todo empezó un día de esta semana, muy por la mañana. Yo dormía muy profundamente, rico, delicioso. Es algo que disfruto mucho, echado como perro patas pa' rriba (enserio una vez conocí un perro que dormía de esa forma) su nombre no lo recuerdo, pero se veía muy cómodo y pues también adopte tal técnica; la cual permite que la sangre regrese a la cabeza evitando que se seque o ¿porque se facilita la circulación venosa? Eso seguro no le importaba al mendigo perro, y a mi tampoco.
De pronto mi madre decide despertarme de la peor forma. Casi derrumbando la puerta de mi habitación con tal fuerza, que por un poco me da un ataque. Después de eso ya no pude retornar a mi profundo y grato sueño, el cual seguro estaba lleno de acción y un tanto de violencia!!!!!!!! como me gusta. Pero no me refiero a esa violencia negativa y destructiva donde no hay fin alguno, sino donde los excesos y ferocidad de las personas no son censurados por miseras estructuras mentales, que poco aportan al crecimiento humano individual y colectivo.
En algún momento de mi insomnio pensaba que poco o mucho puede importar lo que uno haga con su vida, llegar al mundo para servir como medio para seguir desarrollando el plan que la cruel hegemonía del "poder" decide optar para tal pueblo e individuo, secretos y miedos... entonces desobedecer las reglas, empezaría por probar a cada ser siendo como en verdad deber ser. Aunque las reglas están hechas para una sociedad de la cual todos somos amplios participes. No hay sociedad sin individuo o viceversa. Es como se dice: biologicamente somos un ser social, estamos adaptados para ser así. Entonces ¿estaremos condenándonos a nosotros mismos? no lo creo. Pero de lo que si estoy seguro es que en un mundo de tantos mundos, el bien común y la concordancia son difíciles de alcanzar. Y este es nuestro camino donde los errores se maximizan y por ello su reparación, puede llevarnos  a un mejor objetivo. Puede sonar simplemente como un montón de palabras al aire, pero al final todos sabemos claramente lo que queremos. Cada quien es responsable de nunca dejar de hacer lo que hace, por mas mínimo que parezcan las cosas, al final de cuentas nadie mas en el mundo lo realizara por nosotros. Esas interrupciones de infarto ayudan en algo. Ahora sí continuando mi descanso...